Enseñar y aprender
Según la tipología del profesor Höpflinger (2009) pueden distinguirse cuatro tipos de generaciones:
- Las genealógicas que designan a los miembros de una misma familia con edades distintas.
- Las sociohistóricas formadas por grupos que comparten un mismo contexto histórico y social.
- Las del bienestar constituido por las cohortes a las que el Estado distribuye sus recursos, en especial los dedicados la atención a la vejez.
- Las pedagógicas que distinguen, por un lado, a quienes enseñan y por otro a los que aprenden.
En cualquiera de esas categorías se establecen relaciones que por el hecho de ser protagonizadas por generaciones diferentes, denominamos intergeneracionales. A veces esas relaciones están presididas por el conflicto, pero muchas más están vinculadas por lazos de solidaridad.
Quizás el ámbito donde estos últimos se manifiestan con más intensidad, sea el familiar. Las relaciones entre padres e hijos, entre abuelos y nietos son sólidas en países donde la tradición o la necesidad crea lazos firmes y beneficiosos para todos. Pero esas relaciones intergeneracionales son meros sólidos en cualquiera de las otras categorías sobre todo, en las relaciones pedagógicas, exceptuadas, claro está, las que se establecen entre profesores y alumnos en las edades prioritariamente formativas.
Por ello, iniciativas de relación intergeneracional pedagógica o formativa, como las que impulsa SECOT, vienen a satisfacer una necesidad de la que todos obtienen beneficios: las generaciones de jóvenes que son destinatarias de los conocimientos y las capacidades de “seniors” competentes y experimentados. Y las generaciones “seniors” porque no hay una forma de envejecimiento activo más eficaz y más gratificante que transmitir a los demás el bagaje intelectual acumulado. Es a través de esta relación intergeneracional formativa donde la palabra solidaridad sale de la familia y se asienta en las sociedades.
Creo que debemos sentirnos orgullosos de la contribución que hacemos con la actividad de eSemp y otras labores educativas. Por ello tenemos que impulsarla más, hacerla mejor y extenderla a otros ámbitos en los que tenemos presencia. Y con este reconocimiento de su importancia quiero transmitir mi agradecimiento personal a cuantas personas, dentro de la organización, la hacen posible.